domingo, 20 de julio de 2008

Dos años de cárcel por diferir


Mi vecino Ramón era un preso político. Mongo, como cariñosamente le llamábamos, en los primeros años de la revolución había sido un destacado socialista que por su seriedad, preparación, honestidad y historial de lucha como miembro del Partido Socialista Popular Cubano había ocupado altas responsabilidades empresariales después del triunfo de 1959, pero en el barrio todos lo conocíamos como un contrarrevolucionario y temíamos por aquel ex-presidiario.

Con 18 años de edad, padres integrados a la revolución y años de adoctrinamiento escolar jamás pensé que podía haberme relacionado con tal antisocial, un muro de dos metros separaban el patio de nuestras casas y el primer dialogo fue inevitable. Aquel señor, anciano y muy respetuoso se ganó el aprecio de mis padres y el mío. Un día le pregunté la razón de por qué siendo tan buena persona había estado preso, me respondió, “por defender el socialismo puro”, quedé “frito”, me dijo que el mismo año en que había nacido fue sancionado a 4 años de cárcel, de los cuales cumplió dos, por haber pertenecido al grupo de la Microfracción de Anibal Escalente.

Me contó que desde muy joven se había integrado al PSP porque creía firmemente en el socialismo, que su partido había sido prohibido por la dictadura de Fulgencio Batista y que su libertad muchas veces peligró, pero que fue el régimen de Fidel Castro quien finalmente lo metió en la cárcel y lo envío al ostracismo en el cual todavía vive. Fue sancionado por un delito que no existía en el código penal vigente en la época y la única prueba que mostraron el día del juicio sumario fue una foto publicada en un diario donde saludaba, meses atrás, a su antiguo jefe del PSP Anibal Escalante.

El viejo Ramón es una persona de principios, jamás ha traicionado sus ideales, cuando le pregunté por qué no había pedido asilo político y se había marchado a Estados Unidos, me sonrió, se levanto de su asiento con la lentitud que caracteriza a un anciano, se dirigió a su habitación, a los pocos segundos regresó y mientras mostraba alegre su carné de miembro del Partido Socialista Popular me dijo, “todavía soy socialista”.

sábado, 12 de julio de 2008

¿Cambio o más de lo mismo?

Como todo cubano estaba a la expectativa de esta primera intervención de Raúl Castro en la Asamblea Nacional del Poder Popular. El nuevo jefe de gobierno en, los primeros meses de su mandato, había demostrado algo del pragmatismo por el cual lo identifican. Todavía espero de esta sublime asamblea de comunistas algo de realismo, para ser más preciso, aguardo por un gran paquete de medidas económicas que aumenten aun más las probabilidades de un verdadero cambio como el que ambiciona la mayoría del pueblo cubano.

En casi 50 años de existencia del comunismo en la isla por primera vez escucho un discurso más realista. En nuevo concepto de Raúl Castro sobre el modo de distribución de la riqueza abre la esperanza de reformas económicas, “Socialismo significa justicia social e igualdad, pero igualdad de derechos, de oportunidades, no de ingresos. Igualdad no es igualitarismo”, dijo.

Desde esta tribuna quisiera recordarle a Raúl que esa noción que tiene de justicia social y de igualdad vale también para el inicio de reformas democráticas. La creciente sociedad civil cubana debe de tener igualdad de derechos y de oportunidades, porque existen diferentes formas de pensar y no es correcto mantener el “igualitarismo” en las ideas; en ese campo también se necesita de justicia social y de igualdad.

Reconciliación Nacional, reformas económicas y políticas debieran ser el primer punto del orden del día de la flamante Asamblea Nacional Cubana. El país necesita urgentemente la democratización, la liberación de las fuerzas productivas y el apoyo de la comunidad internacional.

sábado, 5 de julio de 2008

“El país pequeño acosado por el imperio del norte”.

Si he dicho en otras ocasiones que el gobierno cubano comete un gran error al aferrarse a un sistema económico y político óbstelo e inviable, también quería referirme a lo desacertada que ha sido la política internacional de los gobiernos de Estados Unidos hacia el régimen cubano durante casi 48 años.

Revisando el comportamiento de la balanza comercial cubana en el año 2007, según el Ministerio de Comercio Exterior de Cuba, el valor de las exportaciones cubanas aumentaron a 3.701 millones de c.u.c y el de las importaciones a 10.082 millones de c.u.c con un déficit comercial de 6. 381 millones de c.u.c , observando las cifras puedo concluir que el embargo estadounidense no ha tenido la efectividad deseada y que su errada política le ha permitido al gobierno cubano, durante todos estos años, justificar su déficit comercial con el embargo cuando todos sabemos es producto de la ineficacia de su sistema de producción. Si además agregamos que en el propio año 2007 la Asamblea Generalmente de Naciones Unidas votó de forma abrumadora, por 184 a favor y 4 en contra, el levantamiento de las sanciones comerciales de Estados Unidos hacia la isla diríamos que el gobierno americano está completamente sólo en su política comercial hacia el país.

Las sanciones económicas impuestas unilateralmente por la primera potencia mundial ha repercutido internacionalmente a favor del gobierno de la Habana, el régimen ha sabido vender bien su imagen de “país pequeño agredido por el gigante del norte que amenaza su independencia nacional”. Pero no sólo eso, sino que esa política le ha permitido al régimen dictatorial adoctrinar al pueblo cubano con el odio hacia Estados Unidos y a los cubanos exiliados en Miami, justificar sus fracasos económicos durante décadas y reprimir a la oposición interna acusándolos de “mercenarios al servicio del imperio que no cesa en sus aspiraciones de apoderarse de Cuba”.

Soy de los que piensa que la política de aislamiento comercial por parte de Estados Unidos no ha beneficiado la transición democrática en la isla. Creo que el levantamiento de las sanciones económicas a la isla posibilitaría el acercamiento del pueblo americano al pueblo cubano y eso derrumbaría los argumentos esgrimidos por la dictadura por casi 50 años. Mantener a Cuba aislada permite al régimen manipular la información a su antojo y justificar cualquier tipo de represión a la creciente oposición Cubana, un cambio de política desenmascararía a la dictadura ante su pueblo, y ayudaría más eficazmente a la democratización de la isla.

miércoles, 2 de julio de 2008

Necesitamos un gobierno con vista larga.


Según afirmaron ayer expertos de la Oficina Nacional de Estadísticas y del Centro Iberoamericano para la Tercera Edad por primera vez en el 2020 habrá más ancianos que niños en Cuba debido a la elevación de la esperanza de vida, alrededor de 78 años, y a una disminución de la natalidad. Si además agregamos que más de 20 000 cubanos, la mayoría jóvenes, emigran hacia otros países anualmente en busca de mejores condiciones de vida podríamos señalar que el gobierno cubano se enfrentará a una previsión típica de los países desarrollados, con la alta diferencia de que en nuestro país hay una crisis del sistema económico y político que dura más de 18 años y que no se sabe cuanto tiempo más subsistirá.

A los jubilados cubanos de hoy sus pensiones, a cargo de la Seguridad Social, apenas les alcanza para comer la primera semana del mes y se ven obligados a seguir trabajando en empleos estatales menos remunerados, a ejercer cualquier otra profesión en el mercado negro o a vivir de la caridad de sus familiares en el exterior. Los ancianos de la Cuba de hoy han aportado toda una vida de trabajo a un sistema económico y político que durante toda la vida le ha sido vendido como el más justo y el más humano, sin embargo la realidad es bien diferente, muchos están obligados a trabajar hasta el último día de su vida porque el gobierno es incapaz de devolverles adecuadamente las prestaciones que ellos aportaron en su vida laboral.

Las previsiones para el futuro en la isla las veo muy mal. El régimen cubano integrado por ancianos, con condiciones de vida muy distantes a la del resto de su generación, lleva casi 50 años en le poder y sigue enfrascado, con su batalla de idea dentro de la isla, en mantener el estado de las cosas en el país, negando en todo momento las reformas económicas y políticas que el pueblo les exige.

Al régimen totalitario de Cuba les digo que su tiempo se ha acabado, que inicien reformas democráticas desde sus propias filas, que todo es posible. Lograr la unidad de los cubanos sin discriminación ideológica es la tarea número uno en el que debe enfrascarse todo cubano que ame a su nación. Estamos contra el reloj, el tiempo pasa y el daño con los años será mayor.