jueves, 9 de julio de 2009

“Refrendar no es igual a elegir”.


En América Latina se ha puesto muy de moda las modificaciones a la constitución con el objetivo fundamental de permitir la reelección presidencial indefinida. Algo que no solamente está sucediendo en los países donde gobierna la izquierda, sino también donde lo hace la Derecha. En este post no hablaré sobre referendos que modifican constituciones, sino sobre elecciones que modifican conceptos.

Me referiré puntualmente a la Ley Electoral cubana, su perfil antidemocrático y de reelección indefinida.

El ARTICULO 68, de la Ley 72 sobre el sistema electoral cubano dice : “Las Comisiones de Candidaturas se integran por representantes de la Central de Trabajadores de Cuba, de los Comités de Defensa de la Revolución, de la Federación de Mujeres Cubanas, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, de la Federación Estudiantil Universitaria y de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, designados por las direcciones nacionales, provinciales y municipales respectivas, a solicitud de las Comisiones Electorales Nacional, Provinciales y Municipales. En el caso de que una de las organizaciones de masas carezca de representación en algún municipio se designará un representante por la dirección provincial correspondiente”.

Una simple lectura de este artículo “clave” no nos dice nada sino profundizamos en el contenido de la Ley. Ha quedado claro que son las direcciones nacionales, provinciales y municipales de esas organizaciones pro-gubernamentales las que designan a los miembros de las comisiones de candidaturas. La importancia de estas comisiones radica en que después son ellos los que eligen los “candidatos” a las diputaciones nacionales, provinciales y municipales. Estas comisiones son conformadas desde arriba hacia abajo por las máximas autoridades del Partido Comunista de Cuba a cada nivel, sus integrantes todos tienen que ser militante del PCC e incondicionales de las máximas autoridades del país.

Creo que ya podemos concluir que estas comisiones son conformadas por el gobierno y que estás a su vez son las encargadas de elegir a los candidatos a diputados, en los diferentes niveles en la que se estructura el Estado, dentro de sus simpatizantes.

“Quien hizo la Ley hizo la trampa”, reza en viejo refrán. En Cuba el presidente del Consejo de Estado y de Gobierno no se elige por el voto directo y secreto como sucede en la gran mayoría de los países del mundo. Son los Diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular (congreso) los que cuentan con ese privilegio.

La trampa para la reelección indefinida en Cuba es muy fácil de desenmascarar. Una vez que la Comisión de Candidatura Nacional elige a los 614 “candidatos” a la Asamblea Nacional del Poder Popular se pasa a la segunda fase donde el pueblo los refrenda en las mal llamadas elecciones populares. De los 614 “candidatos” que se someten a la votación popular salen “elegidos” los 614 diputados que conforman el congreso. Si, no estoy bromeando, creo que Cuba es el único país del mundo donde se le llama elecciones populares a la acción de refrendar. Es como un chiste, puedes elegir de forma directa y secreta, de los 614 “candidatos”, los 614 diputados a través de lo que ellos han denominado el “voto único secreto”.

Pero el chiste no termina ahí, esos fieles diputados elegidos por las máximas instancias del gobierno son los encargados de elegir a su presidente. El gobierno, a través de las Comisiones Electorales, elige a sus Diputados Nacionales y estos a su vez reeligen al Consejo de Estado y a su máximo líder. Un círculo de fidelidad que permite que los que gobiernen lo hagan para toda la vida, así cometan errores tras errores y estén a 10 años luz de la verdadera realidad del pueblo cubano.

Según el máximo líder de la revolución cubana “son las elecciones más democráticas del mundo”, una broma de mal gusto.